quinta-feira, junho 16, 2005

escritos compartilhados seção 1

DECÁLOGO DE UNA SARDINA FINA

(escrito en el sábado, 10 de agosto de 1996, volviendo del Curso de Estudios Iberoamericanos de la Universidad Internacional de Andalucia, en la “guagua” de Cádiz a Madrid. Guagua es como se llama el autobús en Cuba, ejemplo: “Oye, asere, que se nos va la guagua!”. Maria, mí amiga musicóloga cubana, venia conmigo. El tema de la sardina fina vino por la comparsa de carnaval que se montó al final del curso, cuyo tema era “El Carnaval entre Andalucía y América: preludios de una misma cuaresma”. La comparsa se hizo por sugerencia del antropólogo boliviano Don Fernando Cajías, y se llamó “Las sardinas finas y los osos libidinosos”. Sardinas finas son como se llama en Bolivia a las señoritas bien puestas, y osos libidinosos hace referencia a la canción de Les Luthiers, cantautores argentinos. Merece la pena conocer la canción, y conocer a todo lo que hizo Les Luthiers. Azahar es la flor del naranjo. Poco después de eso, volví a Brasil. Y nos vamos al decálogo, vale ya de explicaciones!)

1. Lo primero de todo es ser fina, siempre y concretamente, aún cuando la situación intente desviarte.
2. Dejar a un lado la finura cuando bien lo considere o necesite, que la vida está hecha de excepciones.
3. Caminar hacia el desconocido con seguridad y una pizca de chulería, que la cosa no está en ser buena o mala, sino en ser peligrosa; como bien enseña la vida y confirma D. Fernando.
4. Cultivarse mucho y conversar con tu corazón, además de saber hablar, pensar o discutir; que una no vino a esa vida para ser comida por los tiburones!
5. Reírse mucho para alegrar la vida propia y la ajena, pues la risa ilumina la mirada y encima previne las arrugas.
6. Amar mucho y constantemente, por motivos tan óbvios y universales que seria inútil extenderme más en este párrafo.
7. Tener dos arterias principales que salen del corazón: la de la guaracha y la de la nostalgia, además de mantener las de la sangre con un ocasional nivel etílico variable...
8. Cantar. Cantar todos los días por lo menos un poquito, para uno mismo o para el mundo, las canciones que le de la gana, que gente es para brillar en este universal escenario que es la vida de cada uno.
9. Ser niña y mujer, fuerte y débil, intelectual y escandalosa, arrebatada y prevenida – y saber convivir en una paz conquistada con todas esas y las demás facetas mutantes que suele tener una sardina que sabe reconocerse fina.
10. Ser feliz, por este y todos los días de su vida, en una felicidad que huele a azahar y es sabrosa como agua de lluvia!

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